miércoles, 29 de abril de 2020

Diario de una cuarentena. Día 47

Hoy el día ya ha sido normal. Es lo bueno que tienen los días malos, que son insuperables. Y eso que me levanté cansada, tarde... y que los niños se despertaron a la vez que nosotros... pero ya el día tenía otra luz. 
Y mi hija, siguiendo su línea de los últimos días, se levantó intentando fastidiar, pero simplemente pasamos de ella y cuando se cansó de que nadie le hiciese caso, se puso a funcionar.
A partir de ahí las clases fueron bien. A mi hijo últimamente le cuesta más estar solo y viene muchas veces con cualquier disculpa. Le recordé que por la tarde queríamos salir después de comer y que tenía que hacer todo por la mañana. Le dije que si hacía los descansos cortos y los respetaba, acabaría antes. Y funcionó, porque cada vez que paraba se ponía una alarma en el iPad y cuando sonaba, volvía.
Con mi hija, como tenía vídeo llamada con un grupo de clase y la profe, funcionó organizar varias clases antes de la llamada y así dejar menos para después.
Y por el medio de los descansos y fichas fui haciendo crema de calabacín con champis y también algo de trabajo. Cuando acabaron las clases me puse con las lubinas y las patatas.
Normalmente la lubina es lo más para mi hijo pero esta vez mi hija también la comió fenomenal y dijo que estaba riquísima. Es un gusto cómo está avanzando, pero es que en casa cada vez comemos mejor todos. Es el pequeño lujo que nos estamos permitiendo. Ay cuando vuelvan al comedor...
Y en cuanto acabamos de comer, nos preparamos para salir a la calle de nuevo. Cuando les dimos la noticia de que podrían salir a la calle, se quedaron como estaban, pero ahora cada salida les hace mucha ilusión. Y yo sigo haciéndoles fotos, como el primer día. Hoy fuimos al parque y la verdad es que se estaba muy bien. Se pusieron a jugar a la pelota en una zona de césped amplia y todos los grupitos de hijos y padres estaban a mucha distancia. Aun así, yo estoy pendiente todo el tiempo y estuve pensando que en pocos días a esa imagen se sumarán adultos caminando, corriendo, paseando... me inquieta. Tendremos que salir todos con mascarilla, de lo contrario no creo que me sienta cómoda. Hace nada, antes del estado de alarma, veía a gente con mascarilla en el súper y me parecía ridículo. Ahora no podría entrar yo sin ella.
La hora en la calle pasó rápido y eso que yo no estaba haciendo nada. Pero la sensación del paso del tiempo también me ha cambiado. Lo que antes me habría parecido una eternidad, ahora pasa volando.
Ya en casa, nos sacamos todo, nos ponemos la ropa de casa y nos lavamos bien las manos. En un rato ya es la hora de merendar y me piden que les lleve la merienda al salón. Estoy de buen humor y no me importa hacerlo. Están muy tranquilos viendo la tele, la salida les ha sentado bien. Yo no me he cansado tanto como ayer pero aun así, lo noto. Aprovecho para trabajar y hacer cosas de las clases de los niños. A última hora de la tarde a mi hijo le duele la cabeza pero no tiene fiebre. Yo también noto la cabeza un poco pesada. Me recuerda a esas veces que empiezas a ir a la playa, los primeros días, y de noche te duele la cabeza. Creo que tanta luz del sol durante una hora nos puede dar este atontamiento, parece una exageración, pero la luz en casa no es la misma.
La gran novedad de la tarde es que Pedro Sánchez contó en rueda de prensa las fases que va a tener la vuelta a la "nueva normalidad" y que suponen que si todo va bien, esa nueva normalidad llegará a finales de junio. Se me ocurren muchas cosas y las dudas son infinitas. Por un lado me alegra muchísmo que de alguna forma podamos ir a la playa y que vayamos a poder movernos de provincia. Pero por otro me da miedo. Me parece pronto. No me apetece ir a un bar, un restaurante y menos a un concierto o al cine. Y me desagrada imaginarme con más gente que la que hay ahora por la calle. Como siempre, lo iremos viendo poco a poco, pero me da vértigo esta vuelta a la realidad de mentira esa.
Mi hijo iba a cenar con nosotros pero como estaba medio regular le dijimos que lo mejor era que cenase antes y se fuese a la cama lo antes posible.
La verdad es que otra vez se han dormido rápido, yo creo que es lo de salir de casa. A mí también me sienta bien, que he vuelto a dormir como un tronco. A ver si hoy descansamos todos, que quedan dos días de trabajo y cole.

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