viernes, 5 de octubre de 2012

Viviendo

Soy de esas personas que necesita escribir, que necesita contar lo que le pasa o lo que se le pasa por la cabeza. No sé por qué, pero siempre me ha pasado, al menos desde hace muchos años.
Además hay momentos de mi vida en que escribir se ha convertido en "una salida", a veces la única salida.
Este es uno de esos momentos.
En agosto se murió mi madre. Como soy una persona normal y ella una madre estupenda, estoy desolada. No pienso en otra cosa, no me lo quito de la cabeza y sé que sólo el tiempo me permitirá volver a construirme mi vida normal. Pero ese tiempo aun no ha pasado y aquí estoy, triste perdida y escribiendo.
Hace poco leí "cuando tengas un monstruo, escríbele" así que supongo que eso hago.
Y no es que no tenga a nadie a quién contar mis penas, al contrario. Tengo la suerte de tener una familia y unos amigos que no me dejan sola ni dejan de preocuparse por mí. Pero no pueden llegar a todo, no están en mi cabeza, no pueden estar dentro de mí a todas horas. Además, cuando te pasa algo así la tristeza es tanta que te da la sensación de que no sabes hablar de otra cosa, porque para tí no existen otras cosas. Así que tampoco quieres monopolizar las vidas y las conversaciones de los demás. Y callas. Pero dentro de ti todo sigue.
Por eso lo de la salida, por eso lo de escribir y dejar que todo fluya, que salga.

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